Carlos Fenoll, por Palmeral 2012

jueves, 22 de marzo de 2012

HUMO DE APOGEO


Mirad con ojos infantiles, raudos:

son las sienes de la llania,

los ángeles huidos de su carne roja,

ondulante, delirante. Huidos

como alados caballos de nácar

de sus látigos o cadenas de oro y sangre

que consumen sus besos

hasta el hueso y la ceniza.

Esta noche no hay otro corazón más gigante,

más precioso, más amante que el fuego.

En torno a sus orillas laten los resplandores

como otoños maduros dulcemente caídos.

Esta noche el amor está lleno de alas

de un profundo y ferviente simbolismo:

lo falso cae, cae la caricatura fea de las cosas;

la sangre tiene un vuelo tembloroso: vida,

llama delirante.

El espíritu sube, humo, sienes,

cuando el fuego se calla...


Carlos Fenoll, revista "Ambiente" de Murcia, 15 de julio de 1936