Carlos Fenoll, por Palmeral 2012

sábado, 25 de febrero de 2012

LA GENERACION OLECENSE DE 1930:





LA GENERACION OLECENSE DE 1930:
CARLOS FENOLL Y MIGUEL HERNANDEZ

En el año 1930 llegaron a editarse en Orihuela seis publicaciones periódicas, que yo sepa: "La lectura popular", "El pueblo de Orihuela", "Actualidad", "Voluntad", "Renacer" y "Destellos", todas ellas con un espacio para la colaboración poética. Como ya he dicho con igual motivo al principio, resulta obvio el cúmulo de oportunidades para una juventud con inquietudes literarias.
Carlos Fenoll era un joven panadero de 17 años cuando en 1929 comenzó a publicar sus versos en "El Pueblo de Orihuela". El horno-tahona que su familia tenía en la calle de Arriba se convirtió en cobijo de la tertulia sana y alegre, tocada por la gracia de la fecundidad, cuyos integrantes habrían de formar la generación oriolana de 1930. "La vida juvenil de Carlos Fenoll — dice Manuel Molina- estuvo consagrada al .verso... Fue en torno suyo, de su frente dorada por la creación y por el trabajo, donde se hizo escuela, proyectos y entusiasmos para futuras empresas. Carlos Fenoll era un poeta vital, un impresionista del candor inmediato" (24).
Esta primera etapa debió seramable y gozosa para el espíritu del poeta-panadero, a juzgar por la frescura y alegría que rezuman sus composiciones. Pero la guerra civil, la muerte de Miguel y de los hermanos "Sijé", acabaron con el exultante bullicio de su alma levantina para sumirlo en un estado de laxitud e íntimo dolor del que no se ha recobrado poéticamente. A raíz de estos trágicos sucesos dejó de escribir y poco después se trasladó a Barcelona, donde actualmente vive dedicado a su profesión.




Sus primeras composiciones —las que publica por los años 29 y 30 en "El Pueblo de Orihuela" y en "Actualidad"— tienen el mismo punto de arranque que las del primer Hernández: temas de inspiración popular y huertana; la ciudad y la vega y su entra¬ñable gente constituyen el manantial de su materia poética. La merienda de la pascua de monas en San Miguel, la feria de agosto, el madrigal ardiente de sencillo carácter popular y otros muchos temas del ambiente circundante están nimbados por una irradiante jocundidad, por una clara y sencilla alegría de vivir. También en esta primera época hay temas serios e incluso tristes. Forman, junto a los de carácter regionalista, la huella inevitable de la poesía inmediatamente anterior. Los numerosos ensayos que Fenoll intenta en el metro y en el esquema de la estrofa, junto a otros tipos tradicionales, son de indudable marca modernista y responden a una preocupación que se palpa en el ambiente por buscar nuevos rumbos y encontrar la auténtica expresión de una lírica esencial. José María Pina Brotons estudia en un artículo de entonces la distinción que existe entre poetas y rimadores (25).
En esta primera etapa el estilo de Carlos Fenoll se caracteriza por la claridad; su verso corre fluido llevado de la mano por la jovialidad misma del tema. Los poemas de la segunda época, los pocos que compuso a raíz de la tragedia, reflejan, con sus tonos sombríos, el cambio experimentado en el alma del poeta. La voz se hace más profunda y transcendental y se tiñe de una tristeza sin consuelo.
"Y ríos de oscuridad pasando furiosamente..."
Sobre su espíritu gravitan "las sombras de los seres que ha perdido".
De la mano de Carlos Fenoll, Miguel Hernández entra en las páginas de "El Pueblo de Orihuela" (26) y luego en las de "Actualidad" Sus primeros poemas tienen el mismo signo que los de su amigo el panadero. Frecuentemente surgen ya los atisbos de su próxima y genial maestría. Pocos meses después, Juan Sansano, con fina percepción crítica, lo presenta en "El Día", su periódico de Alicante. A este respecto es interesante hacer constar que es Abelardo Teruel uno de los primeros que en Orihuela se ocupan del pastor-poeta en letras de molde (27). En un artículo publicado en "Actualidad" a finales de octubre de 1930 (28), dice entre otras cosas: "Sansano ha presentado desde su periódico, estos días pasados, al pastor-poeta de Orihuela, Miguel Hernández, firma humildosa, que va apareciendo al pie de composiciones muy estimables". Y añade luego: "El verdadero descubrimiento de esa potencialidad productora lo ha hecho la juventud estudiosa de Orihuela, que ha abierto las columnas de sus órganos a esa gran inteligencia del mozo versificador, porque ha estimado justicieramente las facultades que en él se dan"… [El texto continúa]


"L poesía en la Vega Baja", José Guilén Garcia, II Asamblea Comarcal de Escritores, Instuto de Estudios Alicantinos, 1972. pp57-77